CRÓNICA
Otro verano en Foz, otra nueva ruta para compartir con Os Sendeiros. Esta vez vamos a Ferrol, al Valle de Esmelle. Allí se inició en 2003 el llamado “Proyecto Esmelle”, mediante el que se ha recuperado un patrimonio etnográfico de gran valor. Se trata de un conjunto de veintidós molinos, varias fuentes y lavaderos que, gracias a la colaboración y el esfuerzo de la Asociación de vecinos “Valle”, han sido rescatados del abandono. Son los propios vecinos los encargados de su rehabilitación y el resultado es admirable, según pudimos comprobar durante la ruta. De momento han recuperado cinco molinos y varios lavaderos. Convocan también cursos, jornadas, rutas y, en general, actividades para dar a conocer la enorme riqueza natural y patrimonial de la zona.
Son las ocho de la mañana cuando 38 senderistas salimos de Foz. Tomamos la carretera que va a Villalba y durante el trayecto nos cruzamos con varios peregrinos. En el autobús las conversaciones son animadas, se ve que no tenemos sueño.
Llegamos a San Xoan de Esmelle a las diez y cuarto. El tiempo nos acompaña porque está nublado y es lo mejor para caminar. Empezamos a caminar por una pista de tierra con vegetación abundante por los dos lados. Vemos varias casas y cogemos luego una pista asfaltada. El camino tiene un nombre singular, se llama “Camino Do Mago Merlín”. LLegamos al primer molino, se llama Muiño de Otero y allí hacemos la primera foto de grupo.
Cogemos una nueva pista que, en 300 metros, nos lleva al Mirador do Pedrouzo, esperábamos unas vistas espectaculares, pero la niebla no nos deja verlas. Al bajar del mirador tomamos una senda que va bordeando el río y vamos pasando los diferentes molinos, algunos restaurados, otros no. Queda mucho trabajo todavía por hacer para que se puedan recuperar todas las construcciones. Durante el recorrido vamos disfrutando del paisaje y compartiendo conversaciones con unos y otros. Terminamos el camino alrededor de las dos y media. Tiempo para comer al aire libre en el centro social del pueblo.
Aún nos queda un buen rato para volver a Foz y aprovechamos para visitar Ferrol. Disfrutamos de un paseo por sus calles y plazas y cogemos el autobús para volver a Foz. La vuelta es animada, se cuentan historias divertidas en el autobús. Parece que hace tiempo hubo una intoxicación con pasteles de crema en Foz y la gente se puso verdaderamente mal. Recordándolo se ríen todos y transmiten a los demás la alegría. Hemos disfrutado de una buena caminata, no ha hecho calor, el paisaje era precioso y hemos compartido conversaciones y ratos muy agradables todos juntos, ¿qué más se puede pedir?, hay que aprender a valorar y a disfrutar de estos buenos momentos que nos da la vida. Muchas gracias a todos y hasta la próxima.