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Crónica
Rota dos Faros: Praia de Esteiro - Punta Nariga
(Costa da Morte)
La actividad de ayer comenzó en la Praia de Seiruga o Esteiro, en el Camino dos Faros y a la vista de las islas Sisargas. Se trata de la playa de mayor extensión de Malpica después de la urbana de Area Maior.
Seiruga es una playa salvaje, resguardada del viento, y en la desembocadura del Río Esteiro, con sistema dunas y marisma convertida en pradería.
El humedal, al parecer, es un lugar escogido por nutrias, ánades y garzas para anidar o descansar de sus viajes migratorios. Las marismas son también un buen criadero de Lubinas.
El tiempo se nota apacible, con nubes y claros, y es posible que nos alcance algo de lluvia.
El sendero bordeando la costa es un sueño, en esta parte los acantilados son bajos, penetrando en un océano bravo y de aguas agitadas: hay que sortear montículos con estructuras de grandes piedras graníticas.
Si tenemos en cuenta que la línea de la costa es muy recortada y que las tormentas y temporales son habituales, entenderemos por que la Costa da Morte fue escenario de multitud de naufragios.
Desde la antigüedad el ser humano consideró estos lugares el “ fin del mundo” y relataron el espectáculo del sol hundiéndose en el Océano Atlántico.
El bus nos espera para bajar a Corme. CORME: Cuna de marineros ilustres.
Desde siempre, el mar ha sido el motor de desarrollo y medio de vida de esta Villa.
Aquí se esconde uno de los tesoros de Galicia, fieramente guardado por el mar. En sus acantilados batidos por un oleaje inclemente, se dan los mejores percebes del mundo.
En CORME destacan las casas marineras pintadas de colores.
Así fue la jornada de ayer, con la historia que os señalo: Sabía que iba a ser un día especial, (no conocía la Costa da Morte) en la que hemos podido disfrutar de nuestra actividad de senderistas, captando momentos vivos para volver a revivirlos hoy, con todas esas imagines que hemos capturado, y que siempre recordarán el gran compañerismo y buen trato vivido, que ha hecho de esta y todas las Rutas que compartimos, el engranaje perfecto de un tiempo que nunca nos gustaría se detuviera.
Hasta la próxima. “ É un pracer”.
Sebastián.